Grupo Lampier se preocupa por tu descanso y por ello muestra la importancia de saber elegir un duradero y cómodo colchón ya que éste será el que marque tu día a día, el que te brinde el confort y bienestar necesario para afrontar una intensa jornada laboral. Hablaremos por tanto de la incidencia directa que tiene en nuestro descanso el colchón, y también unas cuantas claves para que nos demos cuenta a tiempo, antes de perjudicar a nuestra salud, de cuándo un colchón no tiene las condiciones óptimas para proporcionarnos todo lo anterior. Cómo detectarlo a tiempo, y qué hacer. ¡Elige Lampier y todo serán ventajas!.
Cuando vamos a amueblar una casa o simplemente vamos a cambiar el mobiliario de la misma, muchas veces nos fijamos solo en el exterior, es decir, en lo que se ve y nos olvidamos de lo que no se percibe a través de la vista, y que, sin embargo, es tan o más importante que muchas otras cosas. En este caso en concreto nos referimos a los colchones de nuestras camas que, con tanto esmero, hemos elegido. Un colchón no tiene que ser ni elegante ni el más bonito ni el más caro. Los colchones forman parte de nuestra vida diaria y nos influyen mucho más de lo que podamos pensar.
Primero y principal que para gozar de una buena salud es necesario además de un descanso de al menos ocho horas diarias, hacerlo en un colchón que nos proporcione firmeza, adaptación a nuestro cuerpo y que esté fabricado de un buen material.
Firmeza para que podamos mantener una postura adecuada y no se deforme con facilidad, ya que eso puede perjudicar seriamente nuestra tan sufrida espalda. Muchos de los problemas de espalda que aquejan a nuestra sociedad vienen derivados de un colchón demasiado deformable y “blandito”. Hay personas que necesitan un colchón especial para sanar sus deficiencias posturales.
La adaptación a nuestro cuerpo no quiere decir que un colchón deba ser como un guante a la mano. Simplemente es adaptarlo a nuestras necesidades. Cuando se trata de dormir dos personas en la misma cama, una de ellas no debe “arrastrar” a la otra a su parte de la cama. Cada uno debe estar en su lado sin interferir en el descanso de la otra, por eso es tan importante que un colchón se adapte a nuestro cuerpo como ente individual.
Otro punto muy importante a tener en cuenta a la hora de elegir el colchón, es el material del que está fabricado. Hay colchones viscoelásticos, de espuma, de látex y de muelles. Todos ellos no solo están hechos de un solo material, sino que por ejemplo un viscoelástico tiene también espuma para soportar el peso del cuerpo y así poderse adaptar al mismo, sin deformaciones.
Muchas veces nos quejamos de que nos hemos levantado más cansados de lo que nos acostamos, con dolor de cabeza, de mal humor. Y a veces nos preguntamos a qué se debe porque nos hemos acostado temprano y se supone que con siete u ocho horas es suficiente. En ese momento estamos pensando en la cantidad y no en la calidad.
¿De qué nos sirve estar mucho tiempo tumbados si no estamos verdaderamente durmiendo adecuadamente?. Nos pasamos casi tres cuartas partes de nuestro tiempo de vida durmiendo. Así que fijaos la importancia que tiene saber elegir un buen compañero sobre el que descanse nuestra armadura y que nuestros sueños puedan circular por todo nuestro cuerpo.
Otras veces nos enfurecemos porque nuestro colchón ha durado muy poco tiempo y nos costó un dineral. Por eso decía anteriormente que no siempre el más caro es el mejor. Lo ideal es dedicarle a nuestra compra de colchón el tiempo necesario para dar en la tecla de lo que necesitamos. No hay que escatimar demasiado en el precio de algo que vamos a utilizar a diario, al que le vamos a entregar algo tan preciado como nuestro tiempo. Nuestro sueño debe ser placentero y reponedor de toda esa energía que hemos gastado durante la vigilia.
Un buen colchón también nos debe durar el mayor tiempo posible, pero siempre que conserve sus características. Como todo en esta vida, tiene un tiempo de caducidad. No podemos pretender que nos dure toda la vida porque las cosas se deterioran como las personas que los ocupan, y aunque aparentemente parezca que no ha pasado el tiempo por ellos, si nos detenemos bien a observar nos daremos cuenta de que han perdido calidad y efectividad. La vida media de un colchón suele ser de unos diez años. Y en ese momento debe llegar la despedida a lo caduco y darle la bienvenida a nuestro nuevo compañero.
Has de saber desprenderte de él cuando ya su funcionalidad, calidad y utilidad hayan variado para dar paso a otro de tales características; ya sabremos qué es lo que nos viene bien a nosotros y qué cualidades ha de tener nuestro próximo colchón para que nuestra elección sea todo un acierto y descansemos plácidamente los próximos diez años; como mínimo.
Cuando veamos que no nos proporciona ya esa firmeza que en un principio nos brindaba, que está deformado ya por una parte, que notamos los muelles o que nos clavamos algo cuando estamos tumbados en él; es cuando tu voz de alarma ha de salir afuera y decirle adiós y darle las gracias por lo bien que te ha tratado y cuidado todos estos años atrás. Cuando tu comodidad y confort cambie; es ahí cuando debes actuar y reemplazarlo.
Colchón; el dueño de tu descanso. El causante de tu rendimiento, de tu buen humor y el creador de tu felicidad. Elígenos una vez más y con nuestro Colchón Lampier podrás ver todos esos sueños que en la noche tengas tumbado sobre él; hechos realidad. Apuesta por mejorar tu calidad de vida; y será lo mejor que hayas hecho nunca.