Muebles de salón

CALIDEZ AL HOGAR GRACIAS A TU SOFÁ. AHORA SÍ ES POSIBLE.

El invierno es la época del año en la que pasamos más tiempo en casa, sobre todo por la climatología. Apetece estar en el calor del hogar, sentirnos a gusto y cómodos. El tan ansiado fin de semana para descansar y desconectar de la semana laboral se convierte en fines de semana hogareños.

Pasamos más tiempo disfrutando de nuestros seres queridos o amigos, y también de nuestros muebles. El salón se convierte en sala de cine, comedor, lugar donde tomar ese café calentito que nos entone el cuerpo, sala de lectura o simplemente sentarnos y sentirnos bien.

Es muy importante el tipo de muebles que tengamos que nos transmitan ese calor que solo un hogar desprende. Dentro del salón el que mejor puede proporcionar esa sensación es el sofá.

El sofá al principio era un mueble elitista, pero en el período de la industrialización se hizo un artículo imprescindible en las clases bajas y medias. Cuando pensamos en sofá, nuestra idea va ligada a la siesta y a la televisión.

Grupo Lampier tiene por objetivo principal proporcionar a nuestros clientes productos de calidad y a un precio razonable. De ahí que hayamos pensado en ese invierno, en ese salón, y en ese sofá tan cálido.

Hablamos del sofá Mangoa de dos y tres plazas. Se va a convertir en el preferido de toda la familia. Tiene respaldos reclinables con almohadones desenfundables, asientos deslizantes. El armazón del mismo es de madera maciza y recubrimiento de goma espuma de alta densidad. También vienen con cojines de asiento. El color gris proporciona elegancia y no desentona con ninguna decoración.

La mayoría de los sofás están formados por espuma de poliuretano, por eso lo que hay que tener en cuenta es la densidad de la espuma. Lo mejor es decantarse por una espuma con una densidad entre los 30 y 35 gr/m cúbico. No hay que llevarse a error de que cuanto mayor sea la densidad, mayor es la dureza, ya que las hay de baja y alta. Lo mejor es que no se deforman con facilidad al contrario que las de poca densidad.

Un buen sofá de invierno debe envolvernos al sentarnos en él, acurrucarnos, hacernos que nos olvidemos (aunque sea por un rato) del resto del mundo, dedicarnos a nosotros mismos y a los que comparten nuestra vida en casa.

Es uno de esos muebles en los que no hay que escatimar demasiado porque es pieza clave de nuestro salón, y que si lo cuidamos como es debido nos puede durar muchos años. Por eso antes de decidirnos a comprar uno que a lo mejor es más barato hay que tener en cuenta el material ya que una de las claves de un buen sofá es el confort.

Como todo lo que se refiere a mobiliario del hogar, el mercado está repleto de ofertas. Por eso hay que tener las ideas claras de lo que buscamos y saber exactamente lo que queremos. Nos podemos dejar aconsejar por el vendedor, pero no desviarnos totalmente de nuestra idea preconcebida.

Hay sofás muy caros como pueden ser los de cuero, pero que no nos van a proporcionar esa calidez que vamos buscando. Tienen personalidad, pero no dan calor en invierno ni fresco en verano.

Los sofás fabricados en algodón o lino son los más recomendables tanto para la época de verano como la de invierno que es la que nos ocupa.

Por eso la mejor opción es el sofá de tela porque es imposible resistirse a su confort. Los colores de las telas más recomendables son las lisas, sin estampados. Suelen ir con todo tipo de decoración y no nos cansaremos de verlos. Hoy en día y sobre todo en invierno solemos poner encima del sofá fundas extraíbles del mismo color del sofá o de alguna que nos apetezca, lo que hace que sea más fácil de limpiar y le damos más durabilidad. Si nos cansamos del color o del tejido de la misma, la cambiamos y ya tenemos un sofá nuevo. Y cuando nos decidamos a no poner ninguna tendremos nuestro mueble nuevo.

Si elegimos un sofá de tejido de lana sirve tanto para verano como para invierno ya que se trata de un aislante térmico. Su tacto es suave y es muy elástico, pero tiene un gran inconveniente y es que al lavarla puede encoger y apelmazarse.

Si a nuestro sofá lo acompañamos de una buena mantita polar, lo reclinamos a la medida que queramos y nos hacemos de un buen libro, buena peli o buenos familiares y amigos creo que no podemos pedir más al rey del salón. Si estamos solos y queremos sentirnos bien al sentarnos en nuestro sofá será como recibir un abrazo cálido de alguien querido.

Sofá Mangoa de dos y tres plazas; producto capaz de reunir todas las condiciones para que pasemos un agradable y calentito invierno solos o en compañía; es irrelevante. Es la prueba de la elección más acertada de nuestra vida porque nunca nos habremos sentido tan cerca de rozar con nuestros propios dedos, el verdadero significado de la palabra FELICIDAD. Habremos formado el hogar que tanto hemos soñado.

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